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martes, 20 de mayo de 2008

PRACTICANDO LOS COLORES Y LOS NUMEROS EN CASA

En la primera etapa escolar los más pequeños aprenden a distinguir los números y colores. Los padres pueden ayudarles con juegos y entretenimientos a consolidar estos conocimientos, básicos para futuros aprendizajes.


Entre los 3 y los 5 años, los más pequeños afianzan ciertos conocimientos como la distinción de los primeros números y los colores. En esta etapa ya se puede observar si existe algún tipo de problema de aprendizaje como la dislexia, cuando el niño no es capaz de discernir entre el 1 y 7 o 6 y 9. También se puede comprobar si el niño tiene algún problema con los colores como el daltonismo.

Para que los padres puedan contribuir en el afianzamiento del aprendizaje de números y colores, se pueden realizar una serie de actividades cotidianas. Estas tareas pueden resultar aparentemente sencillas y serán todo un reto para los peques.

Las matrículas de los coches
Ir de viaje en el coche, tanto en trayectos largos como cortos, se puede volver pesado para un niño que no tiene nada que hacer. Si el pequeño ya ha cumplido tres o cuatro años, se pueden utilizar las matrículas de los coches para poner en práctica sus conocimientos numéricos y hacer del viaje todo un juego.

Se puede comenzar pidiéndole que lea en alto el primer número de las placas de los automóviles, o que encuentre aquellos que contienen un dígito concreto. Si el niño supera esta edad, puede leer las cifras completas, por pares o incluso sumar los dígitos.

Veo, veo, cosas de color...
Esta sencilla actividad fomenta la rápida interiorización de los colores. Asomados a la ventana o en una habitación, se jugará a ver quién encuentra más objetos de un determinado color. Cada vez que se vislumbre algo de ese tono, habrá que decirlo en voz alta. Si se confunde, la madre o el padre le corregirán mostrando la diferencia entre los colores.

Ell recorrido de la cuerda
Coja una cuerda y haga un número con ella. Después de hacer el número el niño podrá pasar por encima de él, recorriéndolo, tocándolo, haciéndolo suyo, para que de esta manera lo interiorice a la vez que se lo pasa en grande haciendo juegos de equilibrio. Cuando ya sepa escribir los números, podrá hacerlos él mismo con dicha cuerda y enseñárselos a los padres.

Plastilina, colores y números
Coja plastilina de varios colores y dígale a su hijo que haga con ella un número de tal color. Si todavía no sabe, dígale que ponga por ejemplo cinco fideos de plastilina rojos, o tres verdes. De esta forma a la vez que trabaja con los números lo estará haciendo también con los colores.

Los mejores colores para un monigote
Puede dibujar un monigote y hacerle a su hijo partícipe de su dibujo. Puede dibujarlo y pedirle que lo pinte con los colores que usted le vaya diciendo. Lo que importa aquí es afianzar el discernimiento entre los colores y no tanto la calidad gráfica del dibujo.

Colores misteriosos
Nada más atractivo para un niño que descubrir in situ la formación de nuevos colores. Con plastilina o acuarelas, los padres pueden mostrarles algunas de las mezclas que dan lugar a distintos tonos. Después se le retará a que adivine otras posibles combinaciones y descubra si ha acertado o no haciendo él mismo la mezcla. Esta actividad permitirá al niño conocer una gran gama de colores: verde esmeralda, azul turquesa, burdeos, celeste...

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