LAS MOMIAS
En el Antiguo Egipto pensaban que al morir comenzaban un viaje hacia el más allá para empezar una nueva vida y por eso cuando los faraones o personas importantes morían, en lugar de enterrarlas rápidamente, les hacían muchas cosas para conservar su cuerpo y que pudieran comenzar una nueva existencia.
El primer paso era coger el corazón, los pulmones y los demás órganos que se estropean enseguida, y colocarlos en unas vasijas de arcilla, llamadas vasos canopes.
Después se ponían hierbas aromáticas dentro del cuerpo, que se cerraba y se enterraba en sal para evitar que el cuerpo se estropeara.
Unos dos meses después, el cuerpo se lavaba, se untaba con cremas especiales y por último se le envolvía con vendas de lino. Una vez lista la momia del faraón se metía en su sarcófago y después en su tumba o pirámide acompañado de un montón de cosas como ropa, comida, herramientas y todo lo que pudiera serle útil en la otra vida.
Para saber lo que tenían que rezar en el mas allá, se llevaban también el Libro de los Muertos.