Alguna vez hemos escuchado decir “Por mis hijos, no me separo” y es que existen parejas estables pero no necesariamente satisfechas que piensan en la separación pero continúan unidas por el “bienestar” de sus hijos, esto es en alguna medida comprensible, pues, como se sabe, un cambio brusco en el entorno del niño puede afectar su comportamiento además de exponerlo a un constante estrés. Los hijos se convierten así, en la principal razón por las que las parejas que han llegado a la conclusión que no se quieren y no quieren seguir unidas se resisten a la posibilidad de casarse. Para cualquier padre resulta difícil tomar esta decisión, y es que podemos empezar a cuestionarnos ¿les haremos daño separándonos? o será mejor “renunciar” a nuestra felicidad y continuar con la relación esforzándonos por mantener en casa un ambiente tranquilo, ¿cómo podremos disimular nuestra frustración, nuestra soledad? ¿Podremos evitar responsabilizarlos en parte por nuestra falta de libertad? ¿Será mejor separarnos y evitar que vivan a diario nuestros problemas? ¿Qué consecuencias puede tener en ellos la separación de sus padres? ¿Podrán comprenderlo?
En esta ocasión, estas preguntas no podrán ser resueltas del todo, la decisión final debe ser tomada por la pareja, sólo ellos podrán decidir lo que consideren mejor para todos. En algunos casos, cuando la relación es conflictiva y el ambiente se torna cada día más tenso, la separación podría ser lo más conveniente, inclusive para los hijos, quienes ganarán mayor tranquilidad y mejor calidad de vida.
Cada familia es diferente y no existe decisión correcta o incorrecta sino la más adecuada: “La mejor solución será aquella que nos permita querer y cuidar mejor a nuestros hijos, proporcionándoles lo que necesitan” (Güell, 1999). Según este criterio si es que nuestra relación de pareja es tan conflictiva que nos estresa y nos hace sentir que no podemos entregarles el cariño, el tiempo y los cuidados que necesitan, es probable que la separación sea la mejor opción, aunque esto, en un principio resulte doloroso para todos. En este proceso, lo más conveniente será la intervención de un terapeuta de familia, quien podrá guiarnos y brindarnos los recursos necesarios para afrontar la situación.
¿Cómo comunicar a los hijos la decisión de separarse?
Si los padres han decidido separarse, es necesario comunicar al niño y prepararlo para esta nueva etapa de adaptación, hay que ser lo suficientemente claros sin necesidad de entrar muy en detalle puesto que los niños entienden muy bien, se dan cuenta y absorben todo los problemas y conflictos que se generan en su entorno. Se les deberá explicar sencillamente que los padres han decidido separarse para no discutir más y dejarles muy en claro que no se les va a separar a ellos del papá y que el cariño y amor de ambos padres hacia el niño será el mismo.
lunes, 12 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pequecomentarios