Comerse las uñas es una costumbre muy común en los chicos.
En principio, no hay que preocuparse demasiado, ya que lo más común es que el hábito desaparezca con el tiempo, aunque a los ojos de los padres pueda ser demasiado tiempo.
Pero si se quiere averiguar más, los siguientes consejos pueden ser de utilidad:
- No hay que retarlos, ridiculizarlos o llamarles la atención porque esto puede aumentar su ansiedad, que es lo que los lleva a comerse las uñas.
- Todo lo que aumente su autoestima, por ejemplo decirle lo que hace bien, puede ayudar.
- Es útil tratar de establecer cuando empezó el niño con este hábito; pudo haber cambiado su alimentación, o de cuarto en donde duerme, o puede estar por venir un hermanito, o puede haber habido otro pequeño o gran acontecimiento que le causa o le causó ansiedad.
- También es conveniente fijarse en que momento lo hace. En general, se trata de momentos de tensión, fatiga o aburrimiento.
Si los papás descubren algo, es importante que hablen con el niño o la niña sobre ese factor que esté preocupándolos, y de este modo, explicarles lo que sea necesario para tranquilizarlos.
miércoles, 6 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pequecomentarios