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viernes, 2 de mayo de 2008

¡¡¡NO QUIERO COMER!!!

Este es uno de los problemas más comunes que plantean las madres, especialmente en niños de 1 a 3 años, estos problemas incluyen: negarse a comer, rabietas y lloriqueos frente a la insistencia de que coma ciertos alimentos; en casos extremos los niños llegan a escupir la comida, tirarla e incluso vomitar.
Frente a esto, la actitud de los padres varía, algunos optan por prestarle más atención al niño a través de juegos, canciones o cuentos justo en el momento en que el niño presenta conductas inadecuadas, otros lo que hacen es ofrecer premios, amenazarlos, esto tampoco es recomendable porque se condiciona a los niños a comer ganando siempre algo a cambio y no en función a sus necesidades básicas, en el peor de los casos algunos deciden forzar al niño a comer, esto es muy desfavorable ya que el niño y los padres estarán asociando este importante momento como algo conflictivo y desagradable.
Naturalmente existe la preocupación por parte de los padres debido a la importancia que tiene una buena alimentación para el crecimiento y la salud de niño pero debemos tener en cuenta algunas pautas antes de aplicar cualquier método que empeore la situación.

En edad preescolar los niños prefieren estar jugando que hacer cualquier otra actividad, probablemente poco le interesará el comer teniendo en cuenta que su apetito a esta edad disminuye.
El niño no necesitará más de lo que consume si se encuentra sano, por ello lo mejor será llevarlo al pediatra para que realice la evaluación respectiva.
¿Qué hacer frente al problema?
Observar al niño en el momento de la comida, haga un registro de lo que come el niño y de sus conductas al momento de comer, anote cantidad y tipo de comida, lo que come y bebe entre horas, el lugar donde come, su comportamiento, cómo reacciona el niño, cómo actúa o que hace usted frente a ello.
Este registro nos permitirá conocer que variables están influyendo para que el niño presente problemas con la comida y de esta evaluación dependerá las estrategias utilizará.
Elimine del ambiente aquello que puede interferir en el momento de la comida, la presencia de hermanos, amigos, los juguetes, la televisión, etc. Estas variables distraen al niño, lo recomendable es retirar los juguetes y dárselos al final si es que come correctamente; de la misma forma dejar que vea la televisión o su programa preferido después.
No preste atención a las conductas inadecuadas, es decir, no utilice comentarios, reprimendas o muestras de enfado; esto empeora la situación, el niño asociará la comida como un momento desagradable y de conflicto. Por el contrario, alábelo, demuéstrele afecto ante sus progresivos logros y conductas favorables.
No le ofrezca otro alimento o plato alternativo si no desea comer, simplemente retírele el plato y se queda sin comer, evite berrinches y llantos. No ponga a comer al niño cuando éste no tiene hambre.
La hora de la comida debe ser un momento agradable, con un poco de creatividad usted puede decorar los platos de tal manera que se vean apetitosos e interesantes a la vista del niño.
Durante el primer año probablemente prefiera tocar los alimentos, explorarlos con sus propias manos, esto puede permitirse porque está en su etapa de descubrimiento.
Posteriormente su sentido de independencia hará que quiera coger el mismo sus cubiertos o recipientes, enséñele y esté siempre al pendiente.
A algunos padres les parecerá que su niño come poco, aunque en realidad lo que comen sea realmente lo necesario, lo mejor será, en todos los casos, que el pediatra evalué el estado nutricional para estar más tranquilos.

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